Está terminando la floración de la silenciosa y tranquila lavanda. Su aroma nos transmite frescura y calma y nos emite un mensaje que sugiere pureza y serenidad. Si hablamos de tradiciones cada vez es más habitual encontrarnos bodas en las cuáles se sustituyen las coloridas y perfumadas semillas de lavanda por el tradicional arroz.
La lavanda es esa delicada flor aromática perfecta para preservar tu hogar. Con unos cuidados más bien sencillos esta flor promete llenar tus espacios de elegancia, belleza y el irresistible perfume que tanto la caracteriza. Nace con el verano, el buen tiempo, la calma y la brisa, por lo que al tratarse de un arbusto silvestre requiere muy poco de nuestros cuidados, sobre todo en esta época del año. Su naturaleza es fuerte y sutil, lo que la convierte en la opción perfecta si buscas una alternativa que no dependa tanto de ti.
Proviene de ambientes rústicos lo que hace que necesite su propio espacio lejos de otras plantas, por lo que lo ideal es plantarla sobre terrenos arenosos, facilitando la filtración y evitando los encharcamientos. Respecto al riego es conveniente hacerlo una vez por semana y siempre y cuando veamos que la tierra se encuentra seca.
Estos son algunos de sus usos más comunes:
- Aromatizante natural
- Para alejar los ácaros
- Para productos de higiene y cuidado personal
- Como aceite esencial para dolores musculares y jaquecas
*Fotografía de portada de Mikel y Marta Fotografía.